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@ Coredulus
2025-03-19 20:33:13Carlos Javier de Borbón Parma y Lippe Biesterfield, quien en principio hubiera debido ser el titular de los derechos de la legitimidad dinástica española, de no haberlos perdido por seguir el camino de su padre, ha concedido una entrevista de tono cortesano y más bien inane, que demuestra que están lejos los tiempos del socialismo autogestionario y las alianzas de su padre con comunistas y terroristas, aunque sigan muy presentes los del liberal-globalismo de la «Agenda 2030».
Son muchas las cosas que podrían comentarse, pero nos limitaremos a los dos párrafos que se refieren a su tío, S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón. Quien desde 2021 adoptó prudentemente todo tipo de cautelas respecto de su persona, sus bienes y su sucesión, desgraciadamente algunas no respetadas por el Estado revolucionario francés, animado en este punto tristemente por algún miembro de la familia del Señor, y que están sub iudice.
En todo caso, y agradeciendo la preocupación del ex-Príncipe por su Augusto tío, es de precisar que la reconciliación a la que se alude, contraída a encuentros del Señor con algunas de sus hermanas, a quienes había dejado de tratar hace muchos años, fue única y exclusivamente familiar, sin consecuencia política o jurídica alguna. E incluso en ese ámbito familiar ciertos pleitos hereditarios han proseguido y Don Sixto Enrique tuvo que recriminar severamente a su sobrino que permitiera la incineración del cadáver de la ex-Infanta María Teresa.
Entre vaguedades, inconsecuencias y errores de todo tipo es de celebrar, por lo menos, que Carlos Javier de Borbón Parma y Lippe Biesterfield sepa que los Duques de Parma siempre anteponían su título de infantes de España a ese título. Y es que es una dinastía española. Sujeta a las leyes tradicionales de la monarquía española, con sus exigencias y exclusiones.
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