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@ Pegada
2025-05-10 07:07:20
(Continúa)
XVIII. Lo que Dios exige a los humanos adopta la forma de un dilema: o completa abstinencia o monogamia sin paliativos. Es un error pensar que la efímera experiencia a la que se llama «estar enamorados» es la única base respetable para el matrimonio; de que el matrimonio puede, y debe, hacer permanente este entusiasmo, y de que un matrimonio que no lo consigue deja de ser vinculante.
Dios describió la pareja casada como «una sola carne». A partir de que esta relación trascendente estaba prevista para producir el afecto y la familia, se puede dar que los humanos infieran la falsa creencia de que la mezcla de afecto, temor y deseo que llaman «estar enamorados» es lo único que hace feliz o Santo el matrimonio. La base del matrimonio no es esta, sino más bien su resultado.